viernes, 2 de agosto de 2013

Mañana es el día.

Desde que supe que estaba embarazada de ti, estuve convencida de que llegarías al mundo en agosto y por inducción. Llámalo lógica. Llámalo pálpito. Pero lo sabía.
Cierto es que te has encargado de romperme los esquemas más de una vez en estas 41 semanas largas y que en alguna ocasión pensé que quizá nacerías "a tu manera"... pero lo cierto es que estamos a 2 de agosto y mañana a estas horas estaré en el hospital, dispuesta a que me provoquen el parto.
Ayer fue la última visita al tocólogo y tras una exploración absolutamente dolorosa (alguna lagrimilla incluida, lo reconozco) en la que confirmó que la placenta y el líquido amniótico estaban bien, me dijo lo que yo deseaba oir desde hace unos cuantos días: "este niño ya no puede seguir ahí dentro". Tras descartar el ingreso esa misma tarde o incluso hoy por falta de espacio en el pabellón, nos citó para mañana a las 8:30 de la mañana. 
Y allí estaremos aita y yo. Puntuales.
Supongo que ahora toca situarse y reflexionar.
Es mi último día de embarazo. El último de toda mi vida. Mañana (o pasado), por fin podré cogerte entre mis brazos y comerte a besos. Averiguar si te pareces a aita... o a mí... o a Ixone... o a ninguno de nosotros. Saber definitivamente la gravedad de tu "malformación" y lo que implicará a corto plazo (sólo espero que no tengas que separarte de mí al nacer). Podré gritarle al mundo que mi hijo ya ha nacido. 
Creo que estoy más mentalizada que con el parto de Ixone: a fin de cuentas, esta vez sé a lo que voy y sé que "no te van a sacar". Que van a medicarme para que mi cuerpo entienda que tiene que empezar a trabajar para que nazcas, pero que el trabajo duro lo tenemos que hacer entre los 3: mi cuerpo, tú y yo.
Sé que va a ser duro, largo (espero que esta vez no tanto) y doloroso... pero también sé que puedo hacerlo; que mi cuerpo es capaz de abrirse para verte llegar al mundo y que, por muchísimo que duela, todo merecerá la pena.
Una pequeña parte de mí no quiere que nazcas porque dentro de mi tripa estás a salvo: no importa el tamaño o forma de tu colita y no tengo que pensar más allá... pero tengo tantas ganas de verte, de sentirte, de olerte, de acariciarte... de ser tu amatxu.
Mañana sé fuerte. Aguanta los meneos y las contracciones. No te enfades porque te vayamos a sacar "a la fuerza", ¿vale? Yo prometo intentar ser valiente y ponértelo lo más fácil que pueda. 
Te quiero Aday... te quiero tanto que no hay palabras en el mundo para desquibrirlo... hasta mañana mi amor.

martes, 30 de julio de 2013

¿Viste la luz?...

... ¡pues síguela!
Ayer estuve en el hospital, en una extraña aunque divertidísima consulta con el doctor Oraa. Hacía tiempo que no le veía, creo que ha estado de vacaciones, y me alegro de que vaya a ser él quien esté en estos últimos días que pasas en mi tripa, aunque sólo sea por las risas que nos echamos juntos. 
Después de tener que ir de paseo a urgencias de obstetricia porque no salía mi cita en el ordenador y no tenían aparatos para monitorizarme (podías decirle a mi útero que tenga alguna contracción cuando estoy con las correas, ¿no? aunque sólo sea una pequeñita, para dejar constancia), volví a consultas externas y estuve hablando con el doctor...
Doctor que opina que se han tenido que equivocar estimando la fecha probable de parto, porque según él todo está "demasiado bien" para estar en la semana 40+6. Ya le dije que en este caso concreto, dado el tratamiento, veo complicado que se hayan equivocado... pero él se lo pasó en grande diciéndome que te iban a dejar ahí dentro hasta el 15 de agosto... ¿¡estamos locos o qué!?
Después de divagar sobre diferentes teorías de por qué no quieres salir de mi barriga, conseguir averiguar que si quiero sobornarle voy a tener que llevarle una botella de vino tinto (que no sea de brick... ya me ha roto los esquemas) y demás tonterías que pudimos decir mientras yo, literalmente, me moría de risa, tocó la hora de la exploración... ¡y menuda exploración!
No me hizo tanto daño como la doctora en la consulta anterior, aunque luego estuve parte de la mañana sangrando un poco... ¡¡pero utilizó una linterna!! Me quedé muy flipada. Mucho. Su explicación fue que "ahí dentro está todo muy oscuro"... jajajajaja... no pretenderá que instale halógenos en mi útero, ¿no? 
Así que ahí estuvo urgando, con no sé cuantos dedos, ¡y una linterna! Creo que esperaba verte mirando hacia la luz y diciendo que no con la cabeza, en plan "¡de aquí no salgo ni a tiros!".
Conclusión: líquido amniótico y placenta, perfectos. 
Si al final va a ser culpa mía que no salgas, ¡porque soy demasiado confortable!
Me volvió a citar para el jueves y me dijo que, ese día, me dejaba elegir fecha para la inducción... ¿qué tal el viernes?

domingo, 28 de julio de 2013

Amatxu contactando con Aday.

¿Hola?, ¿estás ahí?, ¿me oyes?
Sí, sé que estás ahí porque aunque parezca increíble no paras quieto ni un segundo. Quiero creer que estás siendo formal y sigues boca abajo, pero dudo muy seriamente que estés encajado... yo más bien diría que estás haciendo piececitos con mis costillas y mis pulmones.
Mira, no te quiero preocupar pero... ¿no crees que ya es hora de que asomes la cabecita? Hace 5 días que salí de cuentas... que sí, que ya sé que 5 días no parecen tantos... si te encuentras bien y puedes hacer una vida normal. Pero a estas alturas no es el caso, la verdad. Sentada no pillo postura ni a tiros, las noches son entre horribles y absolutamente criminales, de pie tengo contracciones cada dos por tres, estoy agotada y hasta las narices de que la gente me pregunte "¿qué?, ¿ese niño cuando va a nacer?"... ¡¡¡no lo sé!!!
Mañana tenemos correas y consulta. Presupongo que te pondrás de acuerdo con mi útero para no tener ninguna contracción en ese rato para que la doctora no me crea cuando le diga que sí tengo; y también doy por hecho que me harán otro tacto, que veré las estrellas y parte de alguna galaxia lejana y todo para que me confirmen que todo está "muy verde". Imagino que, si pasa eso, me darán fecha para la inducción... pero eso es una suposición mía. 
Y digo yo... ¿no sería más fácil que salgas tú solito? Porque tú no lo sabes, pero las inducciones no son divertidas. Te va a pillar desprevenido, a la altura de mi garganta, vas a tener que aguantar unas contracciones más fuertes que las naturales y, si te pareces un poquito a tu hermana, vas a salir con un cabreo bastante serio de la que ha sido tu casa hasta ahora.
De verdad cariño, es más fácil para los dos si me pongo de parto de repente. 
Estoy intentando tomármelo con calma. Pienso que, de un modo u otro, es cuestión de días. Te hablo, te acaricio, a veces te echo la bronca por intentar atravesar mi piel a patadas y codazos... sé que tengo que disfrutar cada minuto final de este embarazo, que va a ser el último que voy a vivir, y que es increíble sentirte dentro de mí, ver cómo respondes a mis estímulos... 
Pero también va a ser increíble abrazarte por primera vez, besarte, acariciarte, olerte... y un millón de cosas que haremos juntos cuando hayas nacido.
¿Qué... te he convencido?

martes, 23 de julio de 2013

He salido de cuentas...

...aunque está claro que tú no te das por aludido.
Ayer por la tarde fue el primer día en el que tuve contracciones estando en reposo, cada 20 minutos. Si a eso le sumamos las que tengo de pie, que son muchísimas, el peso de la tripa, que no duermo nada y los 28 grados que había dentro de casa a las 6 de la mañana y que me han hecho sentarme en el sofá delante del ventilador durante un cuarto de hora...
El resultado es agotamiento puro. 
Sé que es cuestión de días, que si no quieres salir me provocarán el parto a finales de la semana que viene (más o menos) y que, pensándolo fríamente, no es tanto tiempo... pero a estas alturas se hace muuuy largo. 
Quiero que nazcas. Quiero verte la carita. Quiero poder abrazarte. Quiero darte besos. 
Quiero... quiero... ¡te quiero a ti!

viernes, 19 de julio de 2013

Una noche cualquiera.

12:00 a.m. Me voy a dormir, después de la rutinaria visita al baño a hacer pis y lavarme los dientes. Paso por la cocina y bebo agua, me echo crema en las manos y en la tripa sentada al borde de la cama. Me tumbo del lado derecho, con mi fiel compañera la almohada a la espalda y, con bastante facilidad, me quedo dormida. 
2:00 a.m. Me despierto. Me duele la cadera derecha: es como si me ardiese la parte en la que llevo apoyada las dos últimas horas. Siento la boca y la garganta como si me hubiese comido una caja de polvorones caducados. Y me hago pis, por supuesto. Me apoyo en el brazo derecho y, con mucho cuidado, me reclino para sentarme. En cuanto hago un amago de ponerme en pie, la tripa se pone dura como una piedra y tú te retuerces, como queriendo recordarme que estás ahí dentro. A ciegas, recorro el pasillo camino al baño, hago pis y luego voy a la cocina a beber como medio litro de agua de golpe. Vuelvo a recorrer mis pasos y acabo de nuevo en la cama, jurando en arameo para tumbarme... esta vez del lado izquierdo, con la almohada entre las piernas, a ver si así la cadera derecha descansa un poco. 
4:00 a.m. Me despierto, otra vez. El ardor de estómago hace que el dolor de la cadera quede en una mera anécdota. Intento dar una vuelta en la cama, sujetando la tripa con las dos manos... pero veo que es una mala idea y me quedo boca arriba, contigo espachurrándome los órganos y las costillas. Me levanto, voy al baño a hacer pis, a la cocina a beber agua... y acabo sentada al lado del microondas, con la puerta abierta para ver algo, bebiendo medio vaso de leche fría. Paso de nuevo por el baño y me mojo la nuca, la cara y parte del pelo: menos mal que amama me lo ha cortado, pero me muero de calor. Vuelvo a la cama y, para colmo, un mosquito de lo más simpático decide hacerme compañía. Intento apartarlo a manotazo limpio y, aunque creo que lo consigo, por la mañana descubro que él ganó la batalla: 5 picaduras en el brazo, 4 en las piernas y una en la espalda.
6:00 a.m. Vuelvo a despertarme. Ahora me duelen las piernas en general y los gemelos en especial. Estoy en una postura rarísima, con parte de la pierna derecha apoyada en la almohada, al igual que la tripa. El ardor de estómago ha desaparecido, pero tengo una sed brutal y ganas de hacer pis, cómo no. Oigo las campanadas del reloj de pared de la vecina y las cuento, deseando que sea una hora razonable para levantarse... pero no tengo tanta suerte. Me levanto, voy por el pasillo sujetándome la tripa y te digo que te tranquilices, que es hora de dormir. Después de la rutina pertinente de cada paseo de madrugada vuelvo a la cama, no sin antes haberme planteado muy seriamente quedarme en el sofá viendo la tele. Pero es demasiado pronto. ¿Qué hago levantada a las 6 de la mañana?
8 a.m. Veo luz. Aita no está tumbado a mi lado. Me duele todo y tengo sueño... pero no quiero seguir tumbada. Voy a beber agua, me tomo las pastillas, hago pis y veo el sol entrar por la ventana. Aita me dice que me vaya a la cama, que es pronto... creo que le pongo cara de furia. Decido quedarme levantada, que dentro de un par de horas tengo que ir al hospital a que me confirmen que sigues boca abajo. 
*9 a.m.* No es el caso, porque está "de vacaciones", pero esta sería la hora aproximada a la que tu hermana me reclamaría. 

¿Te he dicho que puedes nacer ya si quieres?

martes, 16 de julio de 2013

Mi pequeño acróbata.

Te has puesto boca abajo. Tú solo. Sin más. ¡¡Gracias cariño!!
Hasta una lagrimita se me escapó ayer, mientras me hacían la ecografía en el hospital, al decirme la doctora que estabas en una buena postura.
Parece ser que me has hecho caso y has visto que era más fácil para los dos si te dabas la vuelta: nos evitamos maniobras externas y te quedas más tiempo en mi barriga. 
Y es que después de confirmar tu postura, comprobar mediante dos tactos que el cuello de mi útero sigue intacto y monitorizarme durante una hora (¡¡pude confirmar que lo que yo creía que era una contracción lo era en realidad!!), nos dijeron que llevar a cabo una inducción no tenía sentido en la semana 38+6 y nos mandaron para casa. 
Estuve incómoda el resto del día, con alguna que otra contracción suelta y pinchazos bastante serios en la zona del pubis... pero a estas alturas todo eso es normal. 
A no ser que te dé por "asomar la cabecita" antes, el viernes volveremos al hospital a hacer otra eco, confirmar que no te has vuelto a dar la vuelta (¡¡quédate boca abajao por favor!!), monitorizar y... bueno, lo que nos manden los médicos. 
En lo que a mí respecta... ¡¡puedes salir cuando quieras!!

lunes, 15 de julio de 2013

El día D.

Bueno, pues tras un largo fin de semana de compras de última hora, limpieza y preparativos finales, ya está aquí el lunes. 
No he dormido especialmente bien... pero podría haber sido peor. 
¿Lo peor? Sin duda alguna, no haber podido beber nada de agua desde las 3 de la mañana; y eso es mucho decir teniendo en cuenta que me despierto cada hora y media aproximadamente.
Pero bueno, es lo que hay... así que habrá que aguantarse. 
Tú no paras quieto, para no variar. Anoche, mientras veía con aita una peli en el sofá, hiciste un movimiento tan rápido y brusco que hasta me asusté. Tenía la esperanza de convencerte a lo largo de estos 3 días para que te dieses la vuelta, pero teniendo en cuenta las cosas que noto detrás del ombligo y los bultos sospechos que me salen a los lados de la tripa, me da a mí que sigues en plan acróbata experimentando nuevas posturas. 
Y yo... yo estoy bien. Bastante tranquila, creo. De hecho, diría que estoy un poco ansiosa por la posibilidad real de poder cogerte entre mis brazos hoy (o mañana, lo más probable); pero respecto a lo que nos van a hacer, lo llevo bastante bien. Será que me fio de los médicos. O será que deseo evitar una cesárea a toda costa y, si este es el precio, ¡adelante con él!
Así que cariño, por favor, no te resistas. Sé que estás a gusto, que has pillado postura y lo más probable es que no te haga ni pizca de gracia que te intenten girar... pero hazlo por mí, ¿vale? Yo prometo aguantar las maniobras para colocarte boca abajo y la inducción con la mayor entereza posible, aunque sólo sea por poder darte un besito en la naricilla y echarte la bronca por la cantidad de canas que has hecho que me salgan en las últimos 39 semanas pero... ¡¡colabora!!

sábado, 13 de julio de 2013

Atravesado.

Ayer tuvimos eco y consulta. Era una eco extra, para vigilar que siguieses creciendo adecuadamente a pesar de tu arteria umbilical única... pero como parece ser la norma en este embarazo, tú tenías otros planes en mente.
Llevo un par de semanas ¨quejándome¨ de que es una barbaridad lo que te mueves, que tengo la tripa machacada, que los bultos que se ven sobre el ombligo no pueden ser normales... y resulta que tenía razón. Estás atravesado. Totalmente atravesado. 
Deberías llevar un par de semanas boca abajo y, ya puestos, incluso encajado; y en lugar de eso estas en horizontal, con la cabeza a un lado de mi tripa y el culete al otro. Tus manos y tus pies, ya apretuñados por tu tamaño, están justo detrás de mi ombligo... lo que explica los movimientos salvajes que noto, claro.
Y encima eres grande. Nada que se salga de las tablas, pero rondas los 3.600 gramos... y eso en la semana 38. 
Así que te tienen que ayudar a salir.
Después de la ecografía, pasamos a consulta y allí nos explicaron las opciones que había. 
El lunes, o sea en dos días, me van a ingresar en el hospital para intentar girarte de manera manual. Suena divertido, ¿eh? La idea es conseguir que te pongas boca abajo y, una vez estés colocado, inducirme el parto para que nazcas ya, no vaya a ser que te dé por girarte de nuevo. 
La doctora nos explicó que, a pesar de tu tamaño y edad gestacional, creían que podían conseguirlo; aunque hay riesgos (como en todo), era seguro porque sino no nos lo plantearían y que había que hacer todo lo posible para darle una oportunidad a mi cuerpo para parirte de manera "natural".
La otra opción es sacarte mediante cesárea; si no consiguen girarte el lunes, me mandarán a casa y programarán una cesárea esa misma semana o la siguiente. Es el plan B, porque la doctora insitía mucho en que, a pesar de que eres un bebé grande, yo tengo una buena pelvis (¿gracias?) y mi cuerpo es más que capaz de parirte.
Tengo que ir tranquila y relajada, y dispuesta a "dejarme hacer". Me van a poner dos medicamentos diferentes: un sedante intrauterino, para que no contraiga los músculos de la tripa y el útero durante las maniobras; y una especie de relajante para mí, que si bien no me va a dormir ni a sedar porque les interesa que esté despierta, va a hacer que no me duela... "demasiado".
Y es que no ha habido ni una sola consulta en el hospital a la que hayamos ido y salido con una sonrisa en los labios... ¿por qué siempre tiene que pasar algo?

jueves, 11 de julio de 2013

Todo listo.

Por fin está todo listo. Ha costado... pero ya está todo preparado. 
El coche de capota está limpio, montado y ocupando sitio en la entrada.
La cuna de vuestro cuarto ya ha dejado de estar en modo sofá y puede cumplir su misión oficial.
La minicuna está montada, con tu elefantito dentro... a falta de colocarle unas ruedas, pero eso es lo de menos. 
Toda tu ropa está lavada, seca, colgada y organizada. 
Ya tenemos en casa leche en polvo para tus biberones y pañales de recién nacido.  
La bolsa del hospital, con cosas para ti y para mi, también está preparada. 
Así que, salvo algún detallito de escasa importancia, la casa ya está preparada para tu llegada. 
¡¡Sólo faltas tú!!

martes, 2 de julio de 2013

Una de dolores y contracciones.

Estoy hecha polvo. 
A falta de 21 días para salir oficialmente de cuentas, siento la tripa dura como una piedra. Y dolorida. Muy dolorida. 
Si estoy de pie más de 5 minutos empiezo a tener contracciones... que me descolocan, porque en el embarazo de tu hermana jamás tuve... pero que sé que son normales a estas alturas.
Tú no paras quieto ni un minuto, es una barbaridad lo que te mueves. Y tus patadas y demás movimientos no ayudan precisamente a que mi pobre tripa tenga un rato de descanso. Que me encanta... y lo sabes... pero me estás machacando cariño.

sábado, 22 de junio de 2013

Pesada.

Así me siento: pesada y dolorida. 
La tripa está enorme, lógico teniendo en cuenta que vamos casi por la semana 36... pero resulta agotador. 
Cualquier movimiento "brusco", que puede ser levantarme de una silla, hace que me den calambrazos y la tripa se me ponga dura como una piedra. Las mañanas son criminales, haciendo que llegar hasta el ascensor se parezca a escalar el Everest sin oxígeno y "boca atrás", como diría tu hermana. 
Tú no paras quieto ni un momento; ahora mismo estás empecinado en romperme alguna costilla o en ver cual es lo máximo que puedes estirar mi ombligo hacia fuera; tengo la zona central de la barriga como un saco de boxeo anticuado y medio roto.
Creo que tengo contracciones a lo largo del día... y digo creo porque con Ixone jamás tuve ninguna que no fuese en el hospital, una vez que empezó la inducción, así que doy por hecho que si la tripa se pone muy muy muy dura es eso... al menos en teoría. 
No es algo que me preocupe, sé que es perfectamente normal a estas alturas y más teniendo en cuenta que no son dolorosas (molestas sí, dolorosas no)... pero eso me lleva a pensar que quizá quieras nacer en julio y no en agosto, a pesar de que siempre he pensado que tú también saldrías de ahí dentro "a la fuerza".
 

martes, 18 de junio de 2013

El síndrome del nido...

... ¡ataca de nuevo!
Hoy he cumplido la semana 35... o lo que es lo mismo, dentro de 3 semanas entramos en la fase de "en cualquier momento puedes nacer"... y me han entrado escalofríos pensando en todo lo que aún queda pendiente. 
A priori lo gordo está listo, pero en realidad faltan muchas cosas:
     
     - Lavar toda tu ropa, incluida la ropa de cama. 
     - Sacar el capazo del trastero de amama para que se vaya ventilando y mirar a ver si hay que lavar la funda. 
     - Bajar el chasis de la silla de encima del armario para limpiarlo bien y echarle lubricante a las ruedas.
     - Volver a montar la hamaca.
     - Comprar pañales y leche de fórmula.
     - Verificar que tenemos todo lo necesario para llevar al hospital.
     - ¡¡Comprar la minicuna!!

No me quiero estresar pero... ¡¡queda mucho por hacer!!

lunes, 17 de junio de 2013

Viviendo de lado.

Ya ha llegado ese punto en el que mi tripa llega a los sitios antes que yo. Bastante antes, todo sea dicho. Tanto, que ya no recuerdo cómo se cuelga la ropa sin pegarme contra el "murete"del balcón, cómo se lavan los platos sin apoyarme en la encimera y, por supuesto, cómo se cocina sin poner en riesgo la integridad de mi abultadísimo ombligo. 
Así que lo hago todo de lado, como si fuese un extraño cangrejo.
Y duermo de lado, faltaría más. Porque la barriga es tan grande que si me pongo boca arriba, literalmente, me espachurra los órganos vitales... y tampoco es plan. La sensación de dormir boca abajo, que tanto me gustaba, no es más que un lejanísimo recuerdo... pero todo sea una buena causa. 
Eso sí, creo que esta noche voy a hacer la prueba y vamos a ser 4 en la cama: aita, tú, yo... y una almohada para poner entre las piernas, a ver si eso me ayuda a descansar algo más.

viernes, 31 de mayo de 2013

Hipo.

El miércoles fue un día especial... porque vivimos juntos algo increíble. 
Llevaba un par de días sospechando que ya tienes hipo y que esos suaves movimientos rítmicos eran causados por él. Pero el miércoles lo confirmé y aproveché para que Ixone te sintiera por primera vez. 
Alguna vez le he puesto la mano en la tripa, pero parece ser que tienes un sensor y siempre dejas de dar patadas o de moverrte en ese momento, pero sabía que con el hipo no ibas a poder hacer nada. 
Así que sentada en el sofá la llamé, apoyé su manita en la zona donde más se notaba y, efectivamente, lo sintió.

     - Ama, ¿que es eso?
     - Eso es Aday cariño, que tiene hipo.
     - ¿Tiene hipo?

Se le iluminó la cara, se empezó a reír y, desde entonces, cada vez que me ve apoyar la mano en la tripa me pregunta si tienes hipo... jejeje...

Y hablando de tripa... aquí va una muestra de cómo estamos ya...

Semana 32 + 3



miércoles, 29 de mayo de 2013

Mis gemelos y yo.

No, no me he vuelto loca y de repente pienso que te has convertido en dos bebés... aunque por tu sorprendente capacidad para darme patadas y puñetazos al mismo tiempo y por el tamaño de mi tripa bien podría ser cierto... pero no; me refiero a mis gemelos de verdad, los de las piernas. 
Esos que no paran de "subirse" cada noche y que me hacen retorcerme del dolor.
Esos que me despiertan 3 ó 4 veces cada madrugada o que me hacen cambiarme de postura en el sofá cada dos por tres. 
Dichosos gemelos que ayer me hicieron ir a la consulta de la matrona con cara de "por dios dime que esto tiene una manera de curarse", y que todavía se están riéndo de mí porque lo que me dijo la matrona era que el remedio consistía, básicamente, en "ajo y agua". Bueno, y en "no hagas la postura que hace que se te suban"... ¡¡ojalá supiera qué postura es esa!!

La habitación amarilla.


 Bueno bolitxin mío, después de una semana de duro trabajo, de muchos planos e ideas... ¡aita y yo hemos preparado vuestra habitación!
Ya no es el cuarto de Ixone, ahora es "el cuarto amarillo", la habitación de Ixone y Aday. 
Tu hermana opina que es el cuarto más bonito del mundo... ¡cosa de la que me alegro muchísimo!
Tu zona aún no está terminada porque, a unas 8 semanas de tu llegada, la cuna no está en"modo bebé" y ni tan siquiera le hemos colocado la chichonera; faltan juguetes para ti y, por supuesto, decorar tus letras... pero ya tienes tu espacio en esta casa. 
Un rincón pensado para ti. Con cariño. Con ilusión. Y con muchísimo amor.
¡Espero que seas muy feliz en él!












lunes, 27 de mayo de 2013

Otro susto para la colección.

Yo que confiaba y esperaba que este fuese un embarazo tranquilo... y no ganamos para susto y disgustos (y alegrías, por supuesto).
Ayer tuvimos un accidente con el coche: otro coche nos dio por detrás, en la entrada a una rotonda. 
Nunca había vivido algo así... y espero no repetir la experiencia jamás. En un segundo pierdes la noción de la realidad, no sabes ni dónde estas. Recuerdo un golpe fuerte, una sacudida, que grité y que dos pensamientos atravesaron mi mente: "Ixone no está en el coche; llevo el cinturón de embarazada, Aday tiene que estar bien". 
Pero una cosa es pensarlo, y otra muy diferente tener la certeza absoluta.
La media hora larga que tardamos en quitar el coche de la rotonda y rellenar papeles se me hizo eterna. Yo sólo quería ir al hospital y que me confirmasen que estabas bien. No sentía dolor. No sentía nada preocupante.... pero tampoco podía garantizar que todo estuviese en orden. 
Así que tras dejar el coche aparcado, recoger a Ixone y explicarle que teníamos que ir al hospital para ver que estabas bien, fuimos a Basurto. 
Y allí, con los monitores que me dejaban escuchar tu corazón y tu insistencia en apartar a patadas las correas de mi tripa... volví a respirar. 
Luego una ginecóloga me hizo una ecografía donde confirmó que estabas bien. Boca arriba y de espaldas. Pero bien. La placenta estaba bien. El líquido amniótico estaba bien. Todo en orden.
Ya más tranquila, aunque aún con tensión en el cuerpo, volvimos a casa. Todos sanos y salvos y con otra historia que contar.

miércoles, 22 de mayo de 2013

La picadura.

Nos ha picado un mosquito. Y sí, digo nos porque la picadura está en la tripa, en el sitio correcto para que la cinturilla del pantalón del pijama la roce y vea las estrellas. 
Pica tanto, que en uno de los paseos nocturnos al baño para hacer pis me he tirado como 10 minutos rascándome la barriga... cosa que ha debido de despertarte y luego has sido tú el que se ha tirado otros 10 minutos (mínimo) dando vueltas y pataleando sin parar. 
Así que voy a aprovechar y deciros un par de cosas a cada uno:
     - querido mosquito: ya sé que mi tripa ha crecido una barbaridad en los últimos días y es probablemente lo que más llama la atención en mi cuerpo pero... puestos a picar, ¿podrías picar en otro sitio que incordie menos?
     - cariño mío: adoro que te muevas y lo sabes... pero podrías dejar de intentar partirme las costillas... ¿al menos durante la madrugada? A cambio prometo chupar del bote de nocilla durante 5 minutos sin parar, directamente con el dedo. 

martes, 21 de mayo de 2013

Dormir.

Quiero dormir una noche del tirón.
Sin tener que levantarme para hacer pis cada 3 horas. 
Sin sentir que ¨se me sube la bola¨y despertar de golpe por el dolor. 
Sin ver pasar las horas y los minutos lentamente.
Sin sorprenderme a mí misma a las 4 de la mañana pensando cómo decorar tu futura "caja de bebé" o reorganizar el cuarto. 
Sólo quiero irme a la cama y despertarme 9 horas después... ¡que no podré hacerlo cuanto te tenga entre mis brazos!

martes, 30 de abril de 2013

Lo inevitable.

Era inevitable. 
Sabía que tenía que pasar. 
Que tarde o temprano, tendría que aprender a vivir con ello intentando no darle demasiada importancia. 
Pero no imaginé que sería tan pronto. 
"Sólo" estoy en la semana 28, aún me quedan unas 12 por delante... y no sé si voy a ser capaz de llevarlo con orgullo y entereza. 
Tendré que ser fuerte y enfrentarme a ello cada mañana. 
Cada día. 
Cada segundo.
Pero ha pasado... y ya no hay vuelta atrás...


Se me ha salido el ombligo.

miércoles, 24 de abril de 2013

Una ecografía especial.

  

Para verte.
Para sentirte.
Para descubrir tus mofletes.



Para ver tus preciosos labios.
Para comprobar que estás bien.
Para disfrutar.


 
Para quererte todavía más.




lunes, 22 de abril de 2013

Diagnóstico verificado.

El mundo no es de color de rosa (en este caso sería azul, pero bueno) y los médicos saben de lo que hablan... y, efectivamente, han confirmado tu diagnóstico. 
Nada de"uy, pues se ha desarrollado y está bien" o, "vaya, la otra vez lo vimos mal"... no, ha sido más bien un "pues sí, confirmamos lo que te dijimos en la eco anterior".
Vale, no es el fin del mundo. No hay que desesperarse. 
Todo lo demás parece estar bien: corazón, cerebro, craneo, crecimiento... y con eso me quedo.
Me he quedado con ganas de más: de verte la cara, los dedos de la mano, el perfil... ¡algo! Los médicos estaban tan centrados en tus partes nobles que la verdad es que no hemos visto nada... pero dentro de 2 días nos explayaremos, seguro. ¡Tienes que ser mi mejor regalo de cumple!
Yo estoy bien, sorprendentemente tranquila. Quizá porque en el fondo de mi corazón sabía que hoy nos iban a decir eso, no lo sé. 
Sólo puedo pensar que llevas 6 meses luchando en mi interior. Que a pesar de todo lo vivido, no te has rendido. Que saliste adelante cuando mi cuerpo se "estropeó" temporalmente. Que a pesar de tener mal el cordón umbilical, creces y das patadas como si ya estuvieses corriendo por el parque. Que ya he llorado suficiente, y que mi angustia no te hace bien. Que si tú eres un luchador, yo no puedo fallarte. 


domingo, 21 de abril de 2013

El día de la esperanza.

Semana 26+4



Bueno... pues mañana es el día. Un día importante. El día de la esperanza. 
Mañana iremos al hospital, a verte a través de una ecografía "extra"... que no nos harían si todo hubiese ido bien en la anterior. 
Veremos si creces como debes, si te desarrollas de manera correcta, si las sospechas de malformación genital se quedan sólo en eso, en sospechas, o se confirman. Y el grado de importancia que tienen, en caso de verificarse.
Quiero ser positiva y pensar que quizá todo quede en un susto y nos digan que estás perfectamente... pero mi razón me dice que hay otras muchas posibilidades, y no todas son tan buenas.
Pero voy a centrarme en verte la carita, en contar los dedos de tu mano si nos los enseñas, en ver tu increíble corazón latiendo y en escuchar atenta a todo lo que nos digan los médicos... porque sea lo que sea... podremos con ello.
Tú no te preocupes por nada. Sigue creciendo feliz en mi barriga, ajeno a todo. Pegando patadas y moviéndote al ritmo que te apetezca. Aita y yo nos encargaremos de todo. De que crezcas sano. Tú sólo... crece, ¿vale?

viernes, 12 de abril de 2013

El ciático, las compras y la tripa convertida en piedra.

Ayer fue un día intenso... ¡y divertido! 
Estuve con la tía de tiendas comprando cositas para "el nuevo cuarto", te cogí algo de ropa y hablamos largo y tendido sobre ideas y planes que tengo en mi mente. 
Fue un día estupendo... pero a última hora de la tarde estaba agotada. Acabé tirada en el sofá, con la tripa dura como una piedra y el ciático dando algo más que señales de vida. A las 22:00 me fui a dormir, no sin antes haberte sentido bailando dentro de mi barriga durante un buen rato.
Después de 9 horas de sueño (casi) ininterrumpido, esta mañana volvía a ser persona... más o menos. 
El nervio ciático debe de estar bastante mosqueado, porque no ha dejado de darme la lata; la tripa está algo menos dura... pero tirante; ¡y tengo una ampolla en el dedo gordo del pie! Vamos, que mi cuerpo me está diciendo sutilmente que no está para tanta fiesta. 
Así que, de vuelta a casa después de dejar a Ixone en el cole, he comprado un par de papeles para empezar a hacer tu álbum, y me he tirado en el sofá... para ver si cojo fuerzas que esta tarde he quedado con amama para ir a hacer un recado. 

miércoles, 10 de abril de 2013

La curva corta.

Hoy hemos tenido la curva corta... y no, no me equivoco al decir hemos tenido, porque quizá es a mí a quien le han pinchado dos veces y soy yo la que me he tomado el "jarabe" asqueroso de glucosa... pero desde luego tú eres el que lo has disfrutado. 
¡Qué manera de moverte! 
Sentada en la sala de espera del ambulatorio, armada de paciencia y entretenida con el ebook, pensaba que ibas a terminar por abrirme la tripa en canal de tanta patada, cabezazo y puñetazo que he recibido. 
Que sí, que yo te entiendo... si te pones como una moto sólo por chupar un cuchillo con restos de nocilla, recibir una "sobredosis" de glucosa a las 8:30 de la mañana tiene que ser el colocón del siglo... pero cariño, ten piedad de mí y ten en cuenta que eso contra lo que tú pataleas es mi útero...
Esperemos que los resultados salgan bien y no tengan que hacerme la curva larga, la que dura 4 horas... ¡porque entonces lo mismo te veo asomar la cabecita por el agujero que me harás!

martes, 9 de abril de 2013

Hablando contigo.

Cada día me descubro hablando contigo. 
Cada vez más a menudo. 
Cuando me ducho y no paras quieto mientras cae agua por la tripa. 
Cuando pataleas si te "molesta" la cinturilla del pantalón.
Cuando me pongo en una postura que te apachurra y te revuelves. 
Cuando preparo un bocata de nocilla para tu hermana y sé que, al chupar el cuchillo, te vas a alterar por el azúcar. 
Cuando eres mi pelotilla ombliguera por las mañanas. 
Cuando das patadas sin venir a cuento, como queriendo saludarme. 
Cuando me haces brincar en el sofá, mientras estoy tirada como si fuese un cojín más.
Cuando haces que amama sienta tu primera patada.
Cuando... cuando quiero decirte que te quiero. Y que todo va a ir bien.

viernes, 5 de abril de 2013

La pesadilla.

Sueño muchas veces contigo, pero no consigo ponerte cara: es más la sensación de saber que estás a mi lado... y no "sólo" en mi tripa.
Pero lo de esta noche ha sido horrible. Te estaba paseando en el coche de capota y tú ibas profundamente dormido... hasta que empezabas a llorar porque tenías hambre. Descubría que me había dejado en casa las cosas necesarias para prepararte el biberón y aita (que aparecía por arte de magia), nos sugería subir a su oficina porque seguro que ahí podríamos improvisar algo.
Y entonces, al entrar en el ascensor... tu coche de capota, contigo dentro, se caía por el hueco... En realidad no llegaba a caerse, porque yo lo sujetaba con fuerza y aita, que siempre ha sido y será mi héroe, conseguía sacarlo (aunque no sé muy bien cómo, pero los sueños son así). Y tú seguías dormido, como si no hubiese pasado nada.
Ha sido espantoso. Me he levantado de la cama y todo de la impresión. Luego me ha costado un montón volver a dormir y he pasado el resto de la noche inquieta... y sé que sólo ha sido una pesadilla pero... ¡¡tendremos mucho cuidado con los huecos!!

Te mueves...

... ¡vaya que si te mueves!
Atrás quedaron esos movimientos sutiles que casi tenía que imaginarme.Y esas suaves patadas que sólo sentía yo "desde dentro", siempre que estuviese colocada en una postura concreta en el sofá.
Ayer sentí un brazo completo (o una pierna), agitándose dentro de mí; te sentí moviéndote sin parar, como queriendo ceder mi piel para tener más espacio en la tripa. Y me encanta. A veces me sorprende por repentino y me hace brincar... pero lo adoro. 
Respondes a mis caricias; contestas cuando te "incordio" apretujando la tripa donde creo que puedes estar; reaccionas cada mañana cuando me despierto y masajeo suavemente mi aplanada barriga, boca arriba en la cama.
Me hace gracia que te reveles y patalees si algo me aprieta, ya sea la goma del pantalón, la zona de la tripa que se apoya contra el colchón si me tumbo de lado... o incluso la presión de tu hermana, cuando se sienta en mis piernas y se abraza a mí en nuestra sesión de mimos matutinos (que tú también tendrás, faltaría más).
Te siento dentro. Te imagino creciendo. Y te quiero más cada segundo que pasa.

martes, 2 de abril de 2013

Sesión de pintura.

Y, como no podía ser de otra manera... ¡¡hemos celebrado que ya eres un poquito más real para todos los miembros de la familia!!
Tú también has debido de participar en la actividad... ¡porque ahora mismo no paras quieto!





Tu hermana mayor.

Bueno, bolitxin mío... ya existes oficialmente para tu hermana. 
Hoy, por fin, hemos hablado con ella. No sabíamos si iba ser una conversación de 5 minutos o de 2 horas y media... y ha sido breve, la verdad.
Le hemos dicho que aunque ella creyera que dentro de mi tripa había un cocodrilo, en realidad hay un bebé pequeñito que crece día y día y que va a ser su hermano pequeño... y todo le ha parecido fenomenal. 
Se ha ofrecido a dejarte sus juguetes "de pequeños" y a enseñarte a jugar "con los de mayores". Te presta su cuna, su silla y hasta su ropa... también quiere compartir su habitación, aunque dice que es mejor que la hagamos más grande (¡como si fuera tan fácil!) para que así quepan la cama, la cuna y todas las cosas que hagan falta.
Me ha dejado un poco descolocada cuando me ha dicho "ama, cuando nazca te va a doler" (¿?), pero ya le he dicho que no pasa nada, que te perdono. Y después de reflexionar un rato ha decidido que ella también tiene un bebé en la tripa (aita no puede tener ninguno, porque es chico), pero que el suyo es niña porque el de ama es niño. 
Hemos hablado con amama, con la tía y con la abuela (le ha dicho muy preocupada que tiene que tener una cuna en la casa de la playa la próxima vez que vayamos con el bebé a Canarias)... y ya está. De momento no ha habido más preguntas. Ni más dudas. Habrá que ver qué pasa a partir de ahora...
De momento, tenemos una actividad especial de hermana mayor para esta tarde... ¡a ver qué tal sale!

miércoles, 27 de marzo de 2013

Ha llegado el momento.

Hoy, a falta de un día para cumplir la semana 23, creo que ha llegado el momento para enfrentarnos a algo que es inevitable y que hemos ido dejando para más adelante desde que supimos que tú eras algo más que un sueño.
Tenemos que hablar con Ixone. 
Decirle que es la hermana mayor.
Intentar que entienda que tú estás en camino, creciendo dentro de mi tripa (esa que no le llama la atención, a pesar de tener un tamaño más que considerable).
¿Por qué hemos tardado tanto? Por ella, para que no se le hiciese demasiado larga la espera. Por tratar de eludir la cantidad de preguntas absurdas que le harán en cuanto deje de decirle a la gente que me ve la tripa "Ixone no sabe nada".
¿Por qué creo que ha llegado el momento? Por esta conversación:

     - Ama, cuando tengas otro hijito, aita, tú y yo le podemos hacer una cama. 
     - Vale cariño. 
     - Y si es un bebé, le hacemos una cuna para que no se caiga. 
     - Me parece bien pero... ¿le vas a dejar que duerma en tu cuarto?
     - ¡Pues claro! Ama, pero yo quiero un bebé de verdad, ¿vale? No uno de juguete.

No sabe nada... al menos nosotros no le hemos dicho nada. ¿Quizá lo intuye?, ¿sospecha algo? Eso nunca lo sabremos.
Pero creo que ya ha llegado el momento de decírselo. De poder compartir con ella todas las esperanzas y sueños que tenemos para ti.
Que sienta tus patadas. Que tú sientas sus caricias, aunque sea a través de mi piel. Escuchar cómo suena tu precioso nombre dicho por su inocente vocecita.
Veremos a ver qué pasa cuando sepa que va a tener un hermanito.


viernes, 15 de marzo de 2013

Mi mundo azul.

Sería más fácil escribir si pudiese dejar de llorar. Y de temblar. Pero no puedo. 
Son las 3 cariño. Las 3 de la tarde del día más largo y angustioso de mi vida.
Eres mi pequeño luchador. Mi bolitxe valiente. Mi niño precioso. Mi bebé.
Ese que me ha acompañado a lo largo del día moviéndose sin parar. 
Ese que es capaz de demostrarme que puede con todo, incluso desde antes de nacer.
No sé qué va a pasar a partir de ahora. Si serás grande o pequeño. Si tendrás que pasar por quirófano o no... pero ahora es lo de menos. Porque sé que saldremos adelante. Porque si tú puedes, nosotros podemos.
Gracias por elegirme para crecer en mi interior. Gracias por demostrarme lo fuerte que puedo ser. Gracias por querer ser parte de esta familia. Tu familia. 
Te quiero cariño. 
Te quiero tanto que duele.
Siempre serás mi niño azul.

miércoles, 13 de marzo de 2013

La larga espera.

Ayer fuimos al hospital y me hicieron la amniocentesis. Fue todo mucho mejor de lo que esperaba, la verdad. Aita no pudo entrar conmigo a la consulta, pero contra todo pronóstico yo estuve más tranquila de lo que hubiera imaginado. 
Hablé con la doctora y lo que me dijo me tranquilizó un poco, aunque no sé muy bien por qué porque tampoco es que fueran noticias "buenas".
La prueba fue muy rápida y muy poco dolorosa. Me tumbé en una camilla, sujeté la tripa con las manos para tirar de la piel hacia arriba y esperé mientras hacían una ecografía. Querían saber dónde estabas y tu postura, así como la localización de la placenta, para pinchar en el sitio adecuado. El pinchazo casi ni lo noté y la extracción del líquido fue rápida. Un pequeño pellizco y todo había terminado. Tiempo total: no creo que llegase ni a 2 minutos. 
Pregunté si tú habías notado algo, aunque estaba casi segura de que no, y la doctora me explicó que tú ni te habías enterado de nada, pero me dejó verte en la pantalla para que me quedase tranquila: tu carita, tu perfil, tu fuerte corazón latiendo a mil por hora y tus movimientos. Estabas bien. 
Y entonces llegaron las explicaciones.
Que tengas una sola arteria en el cordón no es excesivamente preocupante: habría que hacer un mayor seguimiento de tu crecimiento a nivel ecográfico pero me dijo que miles de bebés sanos nacen con el cordón así y no pasa nada. 
El problema son los genitales. 
Si eres niño, y creen que lo eres (de hecho en el informe de la ecografía apareces como "probable varón") tendrían que vigilar que tu pene sea demasiado pequeño o que la uretra esté desviada. A veces, durante la gestación, se corrige sólo; otras veces hay que llevar a cabo una operación, una vez que hayas nacido, para corregirlo. No es incompatible con la vida, ni mucho menos. 
Si eres niña... las cosas se complican. Porque entonces tendrías alguna enfermedad a nivel de cromosomas, o incluso podrías nacer con genitales masculinos siendo niña... o mil cosas más que la doctora no me quiso contar, porque me dijo que no merecía la pena adelantar acontecimientos.
El informe llegará por correo dentro de un mes, pero si eres niña (y por lo tanto algo va muy mal) nos llamarán antes del viernes a las 3 de la tarde para seguir haciendo pruebas y tomar decisiones. Decisiones que ahora mismo no quiero ni puedo plantearme.
Lo bueno... creen que eres niño. Lo malo... tenían suficientes dudas sobre tu sexo como para mandarme a hacer una amniocentesis. 
Por lo demás: reposo absoluto en el sofá durante 2 días.

Y yo... aquí estoy, esperando. Ayer fue un día raro, eufórico. Estuve entretenida con la tele, el teléfono y amama, que vino a cuidarme. Mi mente fue capaz de relajarse durante unas cuantas horas, aún siendo plenamente consciente de lo que está pasando... hasta que me fui a dormir. Quizá fue la oscuridad. Quizá que es inevitable. Pero entonces todo vino de golpe a mi mente y volví a estar aterrada.
He estado 4 meses convencida al 100% de que eres niña. Tenía tu nombre pensado, estaba empezando a recopilar cosas para ti, tenía tantos planes... y me da terror estar en lo cierto y que lo seas. Ahora quiero con todo mi corazón que seas un niño. Un niño sano. Mi niño precioso. Por tu bien. Por el mío. Por el de nuestra familia. 
No sé si estoy preparada para hacer frente a todo lo que puede venir por delante si eres niña, y no quiero tener que averiguarlo. Estoy pegada al teléfono rezando porque pasen los días y no llamen. Por saber que eres niño y que todo va "bien".
No me atrevo a pensar en nombres para ti. Ni en cómo decorar la habitación sabiendo que sois "una parejita". En nada. 
Todo me da miedo por si algo va horriblemente mal. 
Me siento culpable por haber deseado que seas niña sabiendo lo que eso implicaría, aunque sé que es un sinsentido. Me alegro de que Ixone aún no sepa nada por si así evito tener que contarle algo terrible después.  Me siento absolutamente perdida. 
Y tú... tú te mueves muchísimo. Me acompañas a todas horas. Me das patadas y quiero pensar que es tu manera de decirme que estás bien. Intento centrarme en que todo lo demás parece estar bien: tu corazón late sano y fuerte, tu perfil es precioso, los deditos de tu mano son perfectos, tus diminutos picecillos...
Sólo quiero que todo salga bien. 
Por favor. 
Por favor.
Por favor.

martes, 12 de marzo de 2013

Un mal día.

Hoy tenía que ser un día especial... y esta siendo uno de los peores de mi vida. 
En plena semana 20, tocaba verte en una ecografía y disfrutar de cada uno de los centímetros de tu cuerpo a través de una pantalla... y, aunque te hemos visto, las noticias no han sido buenas. 
Algo no anda bien. Y yo estoy aterrorizada. 
Tu cordón umbilical tendría que tener dos arterias y una vena, y en lugar de eso sólo tiene una arteria y una vena. Y eso es un problema. 
Si a eso le añadimos que han sido incapaces de confirmar si eres niño o niña (aunque se inclinan más por niño, todo hay que decirlo) y que parece ser que es porque tienes un desarrollo genital inadecuado para tu "edad"... las cosas empiezan a ser todavía más preocupantes. 
Así que, en vez de salir con una foto de tu precioso perfil de la consulta, hemos salido con una cita para hacer una amniocentesis. Y pena. Y dolor. Y pánico. Y angustia. 
Mañana es la prueba, pero hasta finales de semana no sabremos el resultado. Sé que van a ser 3 días largos y dolorosos, reposo absoluto incluido.
Tengo miedo, muchísimo miedo. Siento tus patadas y quiero pensar que, a tu manera, estás intentando decirme "amatxu, tranquila, estoy bien"... pero no puedo evitar pensar que algo no va bien y que no puedo hacer nada por ayudarte. 
Sólo quiero saber que estás bien. 
Por favor... sigue siendo mi pequeño bolitxe luchador.  

martes, 5 de marzo de 2013

Ropa que heredarás. Ropa que estrenarás.

Inundada está la casa de ropa de bebé. Ayer, concretamente, el sofá, la mesa y el suelo de la sala parecián un mercadillo de ropajes infantiles. Hoy, algo más ordenado (aunque no demasiado, para qué vamos a engañarnos), he vuelto a casa con 3 chamarras para ti. Monísimas. Rebajadísimas. Es lo que tienen los saldos... ¡que hay que aprovecharlos!
El fin de semana, por fin, fuimos a casa de amama a recuperar parte de la ropa de 0 a 18 meses que fue de tu hermana y que tú heredarás, como buena hermana menor. 
Claro, ella nació en invierno. Tú nacerás en verano. Así que el tema tallas está un poco ajetreado y está siendo de lo más entretenido (irónicamente hablando) dilucidar los meses en los que podrás utilizar cada cosa, sobre todo los bodys que son todos iguales, principalmente por la manía persecutoria que tiene tu madre, o sea yo, de quitar las etiquetas para que no os piquen.
Pero vamos, que chamarras para tu primer invierno necesitabas sí o sí... así que, cartera en mano, me he ido de excursión por las tiendas del barrio y he vuelto con un plumífero rosa, una chamarrita de peluche blanca y una especie de chamarra-chubasquero roja ideal. 
¡Me duele la cabeza de hacer cálculos mentales de la edad que tendrás en cada época del año!

miércoles, 27 de febrero de 2013

Mi pequeña pelotilla ombliguera.

Está claro que te gusta mi ombligo... y debes de jugar con él, es lo único que explica que lo tenga medio salido cuando no he llegado ni al ecuador del embarazo.
Pero no te escribo por esto. Estoy aquí porque me encantan nuestros momentos mañaneros; esos en los que pongo mi mano sobre la tripa y, justo debajo del ombligo, apareces tú hecha una pelotilla. Apoyo mis manos sobre ti y suelo acariciarte, aunque no sueles durar demasiado en esa postura, porque al de poco rato desapareces y vuelvo a tener la tripa blandita.
Ese momento de cada día, aunque sea breve, es es sólo nuestro.

domingo, 24 de febrero de 2013

¡El primer patadón!

Hace tiempo que te noto. Sobre todo por las noches. Son suaves golpes acompañados de moviemientos que, como sabrás, me hacen sonreír y poner la mano encima de la tripa. 
Pero lo de esta mañana ha sido diferente. 
Tumbada sobre la cama, boca arriba, con la mano apoyada debajo del ombligo... me has dado una patada fuerte que he notado en la propia mano. 
Y eso significa que eres más grande. Y más fuerte. Y que podré decirle a aita que ponga la mano para ver si él también te siente.
Y, cuando sepa de tu existencia, incluso tu hermana podrá sentirte. 
Gracias cariño.

Semana 18+4

jueves, 21 de febrero de 2013

Tu primera gran compra.

Eres la hermana pequeña, y siempre lo serás. Eso tiene muchísimas ventajas, y sino que me lo digan a mí que también lo soy: jamás estarás sola, siempre tendrás una persona a tu alrededor dispuesta a mostrarte el mundo desde su punto de vista, aprenderás cosas que ella te enseñe, tendrás el camino más llano porque aita y yo sabremos cosas que hace 4 años ni intuíamos... y un larguísimo etcétera que irás descubriendo a lo largo de toda tu vida.
Pero también tiene desventajas, como todo en esta vida: jamás estarás sola, tendrás que enfrentarte a injustas comparaciones (por mucho que luchemos contra ellas), no sabrás nunca lo que es ser hija única... y heredarás todo. 
O casi todo. Porque aquí estoy yo para luchar contra eso y contra el sentimiento de "no tengo nada nuevo".
La silla, la cuna, los juguetes, la ropa, los cuentos... hasta la habitación... pero te prometo que va a ser de las dos, y no será la "habitación de Ixone", a la que tú llegaste más tarde.
No quiero que tú sientas que no es un lugar pensado para ti... y tampoco quiero que Ixone piense que pierde su "pequeña porción del mundo".
Así que la idearé desde cero. Nuevo color en las paredes, nueva distribución de los muebles, nueva decoración... y, aunque la cuna sea "vieja", su interior será única y exclusivamente tuyo. 
Y ya ha llegado. La chichonera, el saquito para las frías noches de invierno, una funda nórdica para cuando no haga tanto frío... Espero que te guste todo. A mí me encanta.


miércoles, 20 de febrero de 2013

El ombligo saltarín.

Cada mañana, al despertarme, lo primero que hago es ponerme boca arriba y apoyar las manos sobre la tripa para desearte unos buenos días.
Hoy, tras los intesos ataques de tos nocturnos, me ha entrado la tos justo cuando estaba en esa postura y, sorpresa... ¡¡el ombligo se me salía!! No es que se haya quedado para fuera de golpe, ha vuelto a su lugar original, pero al sentir los movimientos tan bruscos me ha venido una idea disparatada a la cabeza: te he  imaginado dando tumbos dentro de mi barriga, golpeando con tu pequeño cuerpecito las paredes de mi útero, dando saltos a cada arrebato de tos que me daba a mí.
¡Espero que no te hayas mareado!

domingo, 10 de febrero de 2013

¡¡Mi niña!!

Por fin ha llegado el día.
Por fin te hemos visto de nuevo, aunque no haya podido ser en "3D".
Por fin sabemos que eres... ¡¡niña!!
Lo has puesto realmente difícil, la verdad. Durante más de una hora el médico ha intentado verte el culete para confirmarlo, pero tú te has empecinado en mantenerte pegada a mi útero y ha sido poco menos que imposible.
De perfil, boca arriba, boca abajo, hecha una pelota... te hemos visto de mil maneras... ¡¡incluso abriendo la boca para tragar líquido amniótico!!
Y al final ha sido la breve imagen de tu "hamburguesita" y, sobre todo, la falta absoluta de pitilín y huevillos lo que nos ha dejado claro que... ¡¡eres mi niña!!
Pero yo ya lo sabía, ¿sabes?
Aita dice que no se ha quedado convencido del todo, que hasta que no nos lo confirmen en la siguiente eco él se queda con la mosca detrás de la oreja... pero yo ya te he comprado tu primer vestido, casi he decidido los colores de la que será vuestra habitación y estoy deseando comprarte más cositas. 
Y tu nombre... las dos sabemos cómo te llamas... pero vamos a darle a aita un poco más de tiempo para hacerse a la idea. 
¡Chicas al poder!

viernes, 8 de febrero de 2013

Mañana es el día.

Mañana, por fin, te vamos a volver a ver. 
Está siendo un febrero muuuy largo, la verdad... y sólo estamos a día 8. Me muero de ganas por verte en la pantalla, sentir cómo te mueves mientras veo tu imagen en tiempo real. Ver tus manos, tus pies, tu cara, tu cuerpo... Todo de ti. 
Y saber, por fin, si eres niño o niña. Yo creo que eres niña. Y me gustaría que seas niña, para qué lo voy a negar...
Pero tú sabes tan bien como yo que, seas lo que seas, te quiero. Niño. Niña. O geranio. Siempre serás mi pequeño bolitxe.
De momento nos tendremos que conformar con ver la foto de mi tripa... ¿estás a gustito ahí dentro?

Semana 16+3

miércoles, 6 de febrero de 2013

¿Te gustan las fresas?

Tengo una teoría... creo que te gustan las fresas. Y mucho, al parecer. 
La primera patada que me diste fue mientras comía fresas y lo de anoche fue una auténtica maravilla: estuviste media hora moviéndote sin parar, "respondiendo" a mis caricias y  haciéndome un poquito más feliz todavía. 
Y estaba comiendo fresas. Vale, también tenían chocolate... pero como quiero verificar mi teoría, he comprado una tarrina de medio kilo para deborarlas de postre.
Así que hoy al mediodía, después las albóndigas... ¡¡comeremos fresas!! Y veremos a ver si te activas tanto como ayer.

viernes, 1 de febrero de 2013

He pecado...

... y aquí está el primer juguetito que te he comprado. 
Todavía no sé si eres niño o niña, pero vi esta suave y preciosa cebra y no pude resistirme. 
Aquí comienza tu ajuar cariño.

Viviendo como una marmota.

Así me siento, como un híbrido entre humano y marmota que se va quedando dormida por las esquinas. En lo últimos meses no he visto el final de ninguna peli... bueno, a veces ni el final ni el principio, porque aita dice que me suelo quedar dormida cuando la peli lleva 10 minutos. 
¿Por qué quieres que duerma tanto?, ¿creces mientras lo hago? Por que si es así tienes que medir como mínimo... ¡medio metro!
Pero vamos, que aprovecharé para dormir ahora que puedo... ¿o acaso vas a heredar eso de mí y dormir toda la noche del tirón desde el principio? jejejeje...

lunes, 28 de enero de 2013

¡¡¡Holaaa!!!

Estaba sentada en el sofá, al lado de aita, viendo una peli sobre un chico que se compra un zoo y comiendo fresas y, de repente... has dado señales de vida. Una patada fuerte. Inconfundible. Imposible que pasase desapercibida. 
Hace un par de días ya me dió la sensación de sentirte, pero era tan pronto que no estaba segura... pero lo de hoy ha sido un saludo en condiciones. 
¡¡Hola cariño!!

jueves, 24 de enero de 2013

El monstruo vegetariano y tuberculoso.

Esa soy yo. Sí, el monstruo del título. 
Yo, que toda la vida he tenido una cruzada personal contra las cosas verdes y sin padres (salvando a las patatas y los champiñones... bueno, y las fresas), me he descubierto a mí misma deborando con sumo gusto un plata lleno de vainas y zanahorias y comiendo, casi por obligación, una alita de pollo frita. 
¡Yo!, ¡eligiendo las vainas frente a las alitas!, ¡dispuesta a comer mañana los restos convertidos en puré!
Y me imagino a bolitxe, muerto de la risa, viendo que su propósito de convertir a su madre en semi vegetariana está dando sus frutos. De momento no me ha dado por muchas verduras más, aunque reconozco que se cae la baba pensando en los pimientos del piquillo... ¿qué va a ser de mí?
Y una duda que me corroe las entrañas... si de vegetal es vegetariano... de tubérculo es ¿tuberculoso?, ¿tuberculanio?

lunes, 21 de enero de 2013

No me olvido de ti.

Que no, que no me olvido de ti. 
Me imagino que estás con la mosca detrás de la oreja porque, por mucho que voy de rebajas, nunca compro nada para ti... y no es por falta de ganas, créeme. Pero hasta no saber si eres niña (¿eres niña?, ¿eres niña?, ¿eres niña?) o niño, me da miedo jugármela. 
He estado tentada de coger un pijamita para el proximo invierno, porque los de tu hermana no te valdrán por la talla... ¡¡pero no sabía qué color elegir!!
¡¡Mándame una señal!!

sábado, 19 de enero de 2013

La visita al tocólogo.

Adoro a este tocólogo; sería capaz de ponerle un monumento o un piso en la playa... si pudiese claro, y no es el caso. 
¿Por qué? Porque siempre me deja verte y oírte. Da igual que me acaben de hacer una ecografía; él me hace otra siempre que voy. Vale que el aparato no es tan bueno y que no te he visto mover la manita, sino más bien has sido un gurruñito gris... pero eras tú. Y tú corazón latía a toda pastilla, como siempre.
No se ha asustado demasiado de volver a verme y le ha parecido genial que el tocólogo del hospital me dijese que no tenía ningún factor de riesgo. Me ha dado las fechas para las próximas citas y me ha dicho que hasta mayo no vuelva, que será la matrona la que nos "vigile".
Las dos cosas a destacar: 
    - Me ha dicho que es imposible que te sienta, que sería un record guinnes... que esos movimientos que noto son del crecimiento de la tripa y los cambios en el cuerpo. ¿Estás de acuerdo? Si no es así, hazme una señal... jajajaja...
    - Resulta que la edad gestacional que da la ecografía no es la que ellos habían calculado, así que no estoy de 12+4, sino de 13+2. ¡¡Semana 13 ya!!
Todo sigue fenomenal, aunque el crecimiento de la tripa se ha estancado un poco... eso, o que como la veo a diario no noto que sea más grande. Que también podría ser. 

viernes, 18 de enero de 2013

Después de la tormenta...

... llega la calma. 
Y, tal y como te prometí, voy a relajarme y tomarme las cosas con más tranquilidad, porque el agotamiento de estas últimas semanas no puede ser bueno ni para ti ni para mí.
Ya ha pasado el cumple de tu hermana, con sus preparativos y fiestas... y todo lo que eso conlleva. 
Ahora toca pasear, tomarnos un colacao calentito, ir de rebajas, pensar en cómo voy a decorar las cositas que quiero hacerte... pero todo con calma, con mucha calma.
Es nuestro momento para disfrutar el uno del otro.

jueves, 17 de enero de 2013

Tu tercera ecografía.

Ecografía semana 12+2

Creo sin duda alguna que una ecografía es la experiencia más increíble que se puede vivir en esta vida... y que es imposible no emocionarse. 
Ha sido rápida, apenas ha durado 10 minutos, pero tenía una pantalla frente a mí que me ha permitido verte y escuchar tu corazón mientras la doctora tomaba tus medidas. 
Que hayas estado todo el rato moviendo la manita, como queriendo saludarnos, me ha parecido absolutamente maravilloso. Me has hecho llorar de emoción, de amor, de ternura... ¿sabes cuánto te quiero? Más de lo que las palabras pueden intentar expresar, tenlo por seguro.
Hoy eres un poquito más real que ayer, tanto para aita (que también se ha emocionado) como para mí. Teníamos la esperanza de averiguar si eres niño o niña... pero seas lo que seas, para  mí siempre serás mi pequeño bolitxe. 
Todo está en orden. Tu corazón late a la velocidad que debe, tus medidas son las deseadas... eres (casi) 7 centímetros de puro amor.

miércoles, 16 de enero de 2013

Una nueva eco.

Bueno cariño mío, pues aquí estoy una vez más... a pocas horas de verte en la pantalla de la consulta del ecografo. 
¿Sabes que no he dormido nada? He soñado contigo, con que nos decían si eres niña o niño, con que te veía moverte, agitar los brazos y las piernas como queriendo saludarme. 
Porque hoy va a ser la primera vez que no seas sólo un gurruñito gris. Hoy, si todo va bien, veremos tu cara (o al menos tu perfil), tus manos, tus pies y, con un poco de suerte, volveré a escuchar tu corazón. 
Aita va a estar conmigo, para compartir ese momento juntos.
Estate atento y saluda, ¿vale?

viernes, 11 de enero de 2013

La primera mirada.

Ayer estaba haciendo cola en una tienda y pasó por primera vez; un chico, de mi edad más o menos, se quedó mirando mi tripa y, cuando se dió cuenta de que le estaba mirando, me sonrió.
Es la mirada de "vaya, estás embarazada... felicidades"... y me encanta. 
Espero que a partir de ahora pueda volver a vivirlo muchísimas veces.

jueves, 10 de enero de 2013

¿Eres tú?

Sé que es muy pronto, que es impensable, prácticamente imposible pero... esas "cosas extrañas" que siento de vez en cuando, sobre todo cuando estoy tirada en el sofá... ¿eres tú intentando llamar mi atención?
No son patadas, ni es un hormigueo... son como pequeños golpecitos en la tripa, a modo de "toc, toc... estoy aquí".
Quizá son las ganas que tengo de sentirte, el deseo irrefrenable de volver a vivir una "primera patada" o, sencillamente, eres tú saludándome desde mi interior. 
Sea como sea, hace aflorar a mis labios una sonrisita de felicidad.

miércoles, 2 de enero de 2013

Una de patatas y aceitunas.

Contaba con el deseo irrefrenable de comer aceitunas y pepinillos (curioso lo de estos últimos, que no me han gustado en la vida). Sabía que podía ocurrir y, aunque me resulta gracioso, no me ha sorprendido del todo. Era previsible.
Pero lo de las patatas es algo que me descoloca por completo. Siempre me han gustado, para qué nos vamos a engañar, pero mi necesidad actual de ingerir patatas supera con creces cualquier límite humano: fritas, asadas, en salsa, al horno, cocidas... ¡¡¡pero patatas!!!
Y claro, esto me lleva a pensar que lo mismo en vez de tener un bolitxe creciendo en mi interior, es una versión diminuta de mr. potato, con sus manos y pies intercambiables, y sus decenas de chachivaches para poner y quitar.
¡Sólo espero que no se desmonte estando en mi tripa!