miércoles, 27 de marzo de 2013

Ha llegado el momento.

Hoy, a falta de un día para cumplir la semana 23, creo que ha llegado el momento para enfrentarnos a algo que es inevitable y que hemos ido dejando para más adelante desde que supimos que tú eras algo más que un sueño.
Tenemos que hablar con Ixone. 
Decirle que es la hermana mayor.
Intentar que entienda que tú estás en camino, creciendo dentro de mi tripa (esa que no le llama la atención, a pesar de tener un tamaño más que considerable).
¿Por qué hemos tardado tanto? Por ella, para que no se le hiciese demasiado larga la espera. Por tratar de eludir la cantidad de preguntas absurdas que le harán en cuanto deje de decirle a la gente que me ve la tripa "Ixone no sabe nada".
¿Por qué creo que ha llegado el momento? Por esta conversación:

     - Ama, cuando tengas otro hijito, aita, tú y yo le podemos hacer una cama. 
     - Vale cariño. 
     - Y si es un bebé, le hacemos una cuna para que no se caiga. 
     - Me parece bien pero... ¿le vas a dejar que duerma en tu cuarto?
     - ¡Pues claro! Ama, pero yo quiero un bebé de verdad, ¿vale? No uno de juguete.

No sabe nada... al menos nosotros no le hemos dicho nada. ¿Quizá lo intuye?, ¿sospecha algo? Eso nunca lo sabremos.
Pero creo que ya ha llegado el momento de decírselo. De poder compartir con ella todas las esperanzas y sueños que tenemos para ti.
Que sienta tus patadas. Que tú sientas sus caricias, aunque sea a través de mi piel. Escuchar cómo suena tu precioso nombre dicho por su inocente vocecita.
Veremos a ver qué pasa cuando sepa que va a tener un hermanito.


viernes, 15 de marzo de 2013

Mi mundo azul.

Sería más fácil escribir si pudiese dejar de llorar. Y de temblar. Pero no puedo. 
Son las 3 cariño. Las 3 de la tarde del día más largo y angustioso de mi vida.
Eres mi pequeño luchador. Mi bolitxe valiente. Mi niño precioso. Mi bebé.
Ese que me ha acompañado a lo largo del día moviéndose sin parar. 
Ese que es capaz de demostrarme que puede con todo, incluso desde antes de nacer.
No sé qué va a pasar a partir de ahora. Si serás grande o pequeño. Si tendrás que pasar por quirófano o no... pero ahora es lo de menos. Porque sé que saldremos adelante. Porque si tú puedes, nosotros podemos.
Gracias por elegirme para crecer en mi interior. Gracias por demostrarme lo fuerte que puedo ser. Gracias por querer ser parte de esta familia. Tu familia. 
Te quiero cariño. 
Te quiero tanto que duele.
Siempre serás mi niño azul.

miércoles, 13 de marzo de 2013

La larga espera.

Ayer fuimos al hospital y me hicieron la amniocentesis. Fue todo mucho mejor de lo que esperaba, la verdad. Aita no pudo entrar conmigo a la consulta, pero contra todo pronóstico yo estuve más tranquila de lo que hubiera imaginado. 
Hablé con la doctora y lo que me dijo me tranquilizó un poco, aunque no sé muy bien por qué porque tampoco es que fueran noticias "buenas".
La prueba fue muy rápida y muy poco dolorosa. Me tumbé en una camilla, sujeté la tripa con las manos para tirar de la piel hacia arriba y esperé mientras hacían una ecografía. Querían saber dónde estabas y tu postura, así como la localización de la placenta, para pinchar en el sitio adecuado. El pinchazo casi ni lo noté y la extracción del líquido fue rápida. Un pequeño pellizco y todo había terminado. Tiempo total: no creo que llegase ni a 2 minutos. 
Pregunté si tú habías notado algo, aunque estaba casi segura de que no, y la doctora me explicó que tú ni te habías enterado de nada, pero me dejó verte en la pantalla para que me quedase tranquila: tu carita, tu perfil, tu fuerte corazón latiendo a mil por hora y tus movimientos. Estabas bien. 
Y entonces llegaron las explicaciones.
Que tengas una sola arteria en el cordón no es excesivamente preocupante: habría que hacer un mayor seguimiento de tu crecimiento a nivel ecográfico pero me dijo que miles de bebés sanos nacen con el cordón así y no pasa nada. 
El problema son los genitales. 
Si eres niño, y creen que lo eres (de hecho en el informe de la ecografía apareces como "probable varón") tendrían que vigilar que tu pene sea demasiado pequeño o que la uretra esté desviada. A veces, durante la gestación, se corrige sólo; otras veces hay que llevar a cabo una operación, una vez que hayas nacido, para corregirlo. No es incompatible con la vida, ni mucho menos. 
Si eres niña... las cosas se complican. Porque entonces tendrías alguna enfermedad a nivel de cromosomas, o incluso podrías nacer con genitales masculinos siendo niña... o mil cosas más que la doctora no me quiso contar, porque me dijo que no merecía la pena adelantar acontecimientos.
El informe llegará por correo dentro de un mes, pero si eres niña (y por lo tanto algo va muy mal) nos llamarán antes del viernes a las 3 de la tarde para seguir haciendo pruebas y tomar decisiones. Decisiones que ahora mismo no quiero ni puedo plantearme.
Lo bueno... creen que eres niño. Lo malo... tenían suficientes dudas sobre tu sexo como para mandarme a hacer una amniocentesis. 
Por lo demás: reposo absoluto en el sofá durante 2 días.

Y yo... aquí estoy, esperando. Ayer fue un día raro, eufórico. Estuve entretenida con la tele, el teléfono y amama, que vino a cuidarme. Mi mente fue capaz de relajarse durante unas cuantas horas, aún siendo plenamente consciente de lo que está pasando... hasta que me fui a dormir. Quizá fue la oscuridad. Quizá que es inevitable. Pero entonces todo vino de golpe a mi mente y volví a estar aterrada.
He estado 4 meses convencida al 100% de que eres niña. Tenía tu nombre pensado, estaba empezando a recopilar cosas para ti, tenía tantos planes... y me da terror estar en lo cierto y que lo seas. Ahora quiero con todo mi corazón que seas un niño. Un niño sano. Mi niño precioso. Por tu bien. Por el mío. Por el de nuestra familia. 
No sé si estoy preparada para hacer frente a todo lo que puede venir por delante si eres niña, y no quiero tener que averiguarlo. Estoy pegada al teléfono rezando porque pasen los días y no llamen. Por saber que eres niño y que todo va "bien".
No me atrevo a pensar en nombres para ti. Ni en cómo decorar la habitación sabiendo que sois "una parejita". En nada. 
Todo me da miedo por si algo va horriblemente mal. 
Me siento culpable por haber deseado que seas niña sabiendo lo que eso implicaría, aunque sé que es un sinsentido. Me alegro de que Ixone aún no sepa nada por si así evito tener que contarle algo terrible después.  Me siento absolutamente perdida. 
Y tú... tú te mueves muchísimo. Me acompañas a todas horas. Me das patadas y quiero pensar que es tu manera de decirme que estás bien. Intento centrarme en que todo lo demás parece estar bien: tu corazón late sano y fuerte, tu perfil es precioso, los deditos de tu mano son perfectos, tus diminutos picecillos...
Sólo quiero que todo salga bien. 
Por favor. 
Por favor.
Por favor.

martes, 12 de marzo de 2013

Un mal día.

Hoy tenía que ser un día especial... y esta siendo uno de los peores de mi vida. 
En plena semana 20, tocaba verte en una ecografía y disfrutar de cada uno de los centímetros de tu cuerpo a través de una pantalla... y, aunque te hemos visto, las noticias no han sido buenas. 
Algo no anda bien. Y yo estoy aterrorizada. 
Tu cordón umbilical tendría que tener dos arterias y una vena, y en lugar de eso sólo tiene una arteria y una vena. Y eso es un problema. 
Si a eso le añadimos que han sido incapaces de confirmar si eres niño o niña (aunque se inclinan más por niño, todo hay que decirlo) y que parece ser que es porque tienes un desarrollo genital inadecuado para tu "edad"... las cosas empiezan a ser todavía más preocupantes. 
Así que, en vez de salir con una foto de tu precioso perfil de la consulta, hemos salido con una cita para hacer una amniocentesis. Y pena. Y dolor. Y pánico. Y angustia. 
Mañana es la prueba, pero hasta finales de semana no sabremos el resultado. Sé que van a ser 3 días largos y dolorosos, reposo absoluto incluido.
Tengo miedo, muchísimo miedo. Siento tus patadas y quiero pensar que, a tu manera, estás intentando decirme "amatxu, tranquila, estoy bien"... pero no puedo evitar pensar que algo no va bien y que no puedo hacer nada por ayudarte. 
Sólo quiero saber que estás bien. 
Por favor... sigue siendo mi pequeño bolitxe luchador.  

martes, 5 de marzo de 2013

Ropa que heredarás. Ropa que estrenarás.

Inundada está la casa de ropa de bebé. Ayer, concretamente, el sofá, la mesa y el suelo de la sala parecián un mercadillo de ropajes infantiles. Hoy, algo más ordenado (aunque no demasiado, para qué vamos a engañarnos), he vuelto a casa con 3 chamarras para ti. Monísimas. Rebajadísimas. Es lo que tienen los saldos... ¡que hay que aprovecharlos!
El fin de semana, por fin, fuimos a casa de amama a recuperar parte de la ropa de 0 a 18 meses que fue de tu hermana y que tú heredarás, como buena hermana menor. 
Claro, ella nació en invierno. Tú nacerás en verano. Así que el tema tallas está un poco ajetreado y está siendo de lo más entretenido (irónicamente hablando) dilucidar los meses en los que podrás utilizar cada cosa, sobre todo los bodys que son todos iguales, principalmente por la manía persecutoria que tiene tu madre, o sea yo, de quitar las etiquetas para que no os piquen.
Pero vamos, que chamarras para tu primer invierno necesitabas sí o sí... así que, cartera en mano, me he ido de excursión por las tiendas del barrio y he vuelto con un plumífero rosa, una chamarrita de peluche blanca y una especie de chamarra-chubasquero roja ideal. 
¡Me duele la cabeza de hacer cálculos mentales de la edad que tendrás en cada época del año!