miércoles, 13 de marzo de 2013

La larga espera.

Ayer fuimos al hospital y me hicieron la amniocentesis. Fue todo mucho mejor de lo que esperaba, la verdad. Aita no pudo entrar conmigo a la consulta, pero contra todo pronóstico yo estuve más tranquila de lo que hubiera imaginado. 
Hablé con la doctora y lo que me dijo me tranquilizó un poco, aunque no sé muy bien por qué porque tampoco es que fueran noticias "buenas".
La prueba fue muy rápida y muy poco dolorosa. Me tumbé en una camilla, sujeté la tripa con las manos para tirar de la piel hacia arriba y esperé mientras hacían una ecografía. Querían saber dónde estabas y tu postura, así como la localización de la placenta, para pinchar en el sitio adecuado. El pinchazo casi ni lo noté y la extracción del líquido fue rápida. Un pequeño pellizco y todo había terminado. Tiempo total: no creo que llegase ni a 2 minutos. 
Pregunté si tú habías notado algo, aunque estaba casi segura de que no, y la doctora me explicó que tú ni te habías enterado de nada, pero me dejó verte en la pantalla para que me quedase tranquila: tu carita, tu perfil, tu fuerte corazón latiendo a mil por hora y tus movimientos. Estabas bien. 
Y entonces llegaron las explicaciones.
Que tengas una sola arteria en el cordón no es excesivamente preocupante: habría que hacer un mayor seguimiento de tu crecimiento a nivel ecográfico pero me dijo que miles de bebés sanos nacen con el cordón así y no pasa nada. 
El problema son los genitales. 
Si eres niño, y creen que lo eres (de hecho en el informe de la ecografía apareces como "probable varón") tendrían que vigilar que tu pene sea demasiado pequeño o que la uretra esté desviada. A veces, durante la gestación, se corrige sólo; otras veces hay que llevar a cabo una operación, una vez que hayas nacido, para corregirlo. No es incompatible con la vida, ni mucho menos. 
Si eres niña... las cosas se complican. Porque entonces tendrías alguna enfermedad a nivel de cromosomas, o incluso podrías nacer con genitales masculinos siendo niña... o mil cosas más que la doctora no me quiso contar, porque me dijo que no merecía la pena adelantar acontecimientos.
El informe llegará por correo dentro de un mes, pero si eres niña (y por lo tanto algo va muy mal) nos llamarán antes del viernes a las 3 de la tarde para seguir haciendo pruebas y tomar decisiones. Decisiones que ahora mismo no quiero ni puedo plantearme.
Lo bueno... creen que eres niño. Lo malo... tenían suficientes dudas sobre tu sexo como para mandarme a hacer una amniocentesis. 
Por lo demás: reposo absoluto en el sofá durante 2 días.

Y yo... aquí estoy, esperando. Ayer fue un día raro, eufórico. Estuve entretenida con la tele, el teléfono y amama, que vino a cuidarme. Mi mente fue capaz de relajarse durante unas cuantas horas, aún siendo plenamente consciente de lo que está pasando... hasta que me fui a dormir. Quizá fue la oscuridad. Quizá que es inevitable. Pero entonces todo vino de golpe a mi mente y volví a estar aterrada.
He estado 4 meses convencida al 100% de que eres niña. Tenía tu nombre pensado, estaba empezando a recopilar cosas para ti, tenía tantos planes... y me da terror estar en lo cierto y que lo seas. Ahora quiero con todo mi corazón que seas un niño. Un niño sano. Mi niño precioso. Por tu bien. Por el mío. Por el de nuestra familia. 
No sé si estoy preparada para hacer frente a todo lo que puede venir por delante si eres niña, y no quiero tener que averiguarlo. Estoy pegada al teléfono rezando porque pasen los días y no llamen. Por saber que eres niño y que todo va "bien".
No me atrevo a pensar en nombres para ti. Ni en cómo decorar la habitación sabiendo que sois "una parejita". En nada. 
Todo me da miedo por si algo va horriblemente mal. 
Me siento culpable por haber deseado que seas niña sabiendo lo que eso implicaría, aunque sé que es un sinsentido. Me alegro de que Ixone aún no sepa nada por si así evito tener que contarle algo terrible después.  Me siento absolutamente perdida. 
Y tú... tú te mueves muchísimo. Me acompañas a todas horas. Me das patadas y quiero pensar que es tu manera de decirme que estás bien. Intento centrarme en que todo lo demás parece estar bien: tu corazón late sano y fuerte, tu perfil es precioso, los deditos de tu mano son perfectos, tus diminutos picecillos...
Sólo quiero que todo salga bien. 
Por favor. 
Por favor.
Por favor.

No hay comentarios: