jueves, 24 de enero de 2013

El monstruo vegetariano y tuberculoso.

Esa soy yo. Sí, el monstruo del título. 
Yo, que toda la vida he tenido una cruzada personal contra las cosas verdes y sin padres (salvando a las patatas y los champiñones... bueno, y las fresas), me he descubierto a mí misma deborando con sumo gusto un plata lleno de vainas y zanahorias y comiendo, casi por obligación, una alita de pollo frita. 
¡Yo!, ¡eligiendo las vainas frente a las alitas!, ¡dispuesta a comer mañana los restos convertidos en puré!
Y me imagino a bolitxe, muerto de la risa, viendo que su propósito de convertir a su madre en semi vegetariana está dando sus frutos. De momento no me ha dado por muchas verduras más, aunque reconozco que se cae la baba pensando en los pimientos del piquillo... ¿qué va a ser de mí?
Y una duda que me corroe las entrañas... si de vegetal es vegetariano... de tubérculo es ¿tuberculoso?, ¿tuberculanio?

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