lunes, 27 de mayo de 2013

Otro susto para la colección.

Yo que confiaba y esperaba que este fuese un embarazo tranquilo... y no ganamos para susto y disgustos (y alegrías, por supuesto).
Ayer tuvimos un accidente con el coche: otro coche nos dio por detrás, en la entrada a una rotonda. 
Nunca había vivido algo así... y espero no repetir la experiencia jamás. En un segundo pierdes la noción de la realidad, no sabes ni dónde estas. Recuerdo un golpe fuerte, una sacudida, que grité y que dos pensamientos atravesaron mi mente: "Ixone no está en el coche; llevo el cinturón de embarazada, Aday tiene que estar bien". 
Pero una cosa es pensarlo, y otra muy diferente tener la certeza absoluta.
La media hora larga que tardamos en quitar el coche de la rotonda y rellenar papeles se me hizo eterna. Yo sólo quería ir al hospital y que me confirmasen que estabas bien. No sentía dolor. No sentía nada preocupante.... pero tampoco podía garantizar que todo estuviese en orden. 
Así que tras dejar el coche aparcado, recoger a Ixone y explicarle que teníamos que ir al hospital para ver que estabas bien, fuimos a Basurto. 
Y allí, con los monitores que me dejaban escuchar tu corazón y tu insistencia en apartar a patadas las correas de mi tripa... volví a respirar. 
Luego una ginecóloga me hizo una ecografía donde confirmó que estabas bien. Boca arriba y de espaldas. Pero bien. La placenta estaba bien. El líquido amniótico estaba bien. Todo en orden.
Ya más tranquila, aunque aún con tensión en el cuerpo, volvimos a casa. Todos sanos y salvos y con otra historia que contar.

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