sábado, 22 de junio de 2013

Pesada.

Así me siento: pesada y dolorida. 
La tripa está enorme, lógico teniendo en cuenta que vamos casi por la semana 36... pero resulta agotador. 
Cualquier movimiento "brusco", que puede ser levantarme de una silla, hace que me den calambrazos y la tripa se me ponga dura como una piedra. Las mañanas son criminales, haciendo que llegar hasta el ascensor se parezca a escalar el Everest sin oxígeno y "boca atrás", como diría tu hermana. 
Tú no paras quieto ni un momento; ahora mismo estás empecinado en romperme alguna costilla o en ver cual es lo máximo que puedes estirar mi ombligo hacia fuera; tengo la zona central de la barriga como un saco de boxeo anticuado y medio roto.
Creo que tengo contracciones a lo largo del día... y digo creo porque con Ixone jamás tuve ninguna que no fuese en el hospital, una vez que empezó la inducción, así que doy por hecho que si la tripa se pone muy muy muy dura es eso... al menos en teoría. 
No es algo que me preocupe, sé que es perfectamente normal a estas alturas y más teniendo en cuenta que no son dolorosas (molestas sí, dolorosas no)... pero eso me lleva a pensar que quizá quieras nacer en julio y no en agosto, a pesar de que siempre he pensado que tú también saldrías de ahí dentro "a la fuerza".
 

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